¿Estás irritable y tienes poca paciencia? ¡Tiene que ver con cómo duermes!

dormir bien para reducir irritabilidad

Nightingold la almohada para reducir la irritabilidad

Probablemente ya has sentido en primera persona cómo la falta de sueño puede causar irritabilidad. Después de una noche en vela o muy alterada, a menudo no solo te sientes cansado y poco enérgico, sino también decididamente más irritable y vulnerable al estrés.

Hay muchos estudios científicos que han comprobado la existencia de una correlación directa entre irritabilidad y falta de sueño.

¿Cuántas veces has perdido rápidamente la paciencia ante un compañero de trabajo? ¿O has peleado con tu pareja sin saber muy bien por qué? O aún peor, ¿has reaccionado de forma desproporcionada con tus hijos, que quizás solo querían pasar algo de tiempo contigo?

Falta de sueño e irritabilidad

Muchos estudios han demostrado que la falta de sueño tiene un impacto significativo en nuestro humor, también cuando se trata de una privación parcial, aunque pensemos que no tiene consecuencias importantes.

«También las pequeñas fluctuaciones nocturnas en la duración del sueño pueden tener consecuencias en el modo en que las personas responden a los eventos en su vida diaria«, afirma psicóloga Nancy Sin de la University of British Columbia.

«Hemos descubierto que cuando una persona duerme menos de lo habitual no tiene el mismo estímulo de las emociones positivas generadas por eventos positivos«, afirma Sin. Dormir más tiempo, en cambio, hace que los eventos positivos parezcan aún mejores y nos protege así de los efectos del estrés cotidiano.

Algunos estudios científicos

En este sentido, los investigadores de la Universidad de Pennsylvania realizaron un estudio muy interesante. Analizaron los comportamientos de algunos adultos después de solo 1 semana en la que redujeron su descanso a 5 horas por noche.

Un periodo relativamente breve, y una privación del sueño que podría parecer “irrisoria”. ¿Cuántas veces has dormido 5 horas? Incluso hay quienes consideran que 5-6 horas son el tiempo estándar de un buen descanso diario.

Sin embargo, el estudio citado demuestra algo muy diferente. Y los resultados son increíbles.

Un interesante estudio sobre el sueño y la irritabilidad

Para verificar el impacto de la falta de sueño en los comportamientos, la Universidad de Pennsylvania llevó a cabo un estudio con 16 adultos, todos en perfecta condición de salud.

Durante 7 días consecutivos se sometió a estos sujetos a una reducción del sueño del 33%, por lo que dormían unas 5 horas por noche.

El experimento preveía un análisis puntual del estado de cansancio y de los comportamientos de los participantes, a quienes se les monitoreaba 3 veces al día a través de pruebas científicas.

Esta monitorización buscaba obtener una valoración en función de diferentes parámetros: nivel de vigilancia psicomotriz, capacidad de memorización y presencia de trastornos cognitivo-emocionales.

Los resultados

Los resultados de las pruebas son sorprendentes. En tan solo 1 semana de reducción del descanso, todos los sujetos mostraron un empeoramiento de sus capacidades para llevar a cabo sus actividades normales del día a día.

Agotamiento, sensación de confusión, tensión y un trastorno general del comportamiento es lo que se detectó en la mayoría de las personas estudiadas.

Asimismo, también se notó un incremento de los vacíos de memoria.

Y la cosa más increíble es que todos esos efectos aparecieron tan solo después de 2 días de reducción de las horas de sueño.

La recuperación

En el momento en que los participantes del estudio volvieron a dormir unas 7,5 horas por noche los efectos negativos desaparecieron por completo.

La noticia alarmante es que los sujetos interesados necesitaron entre 2 y 3 días para recuperar la privación de sueño que habían acumulado durante aquella semana. Además, se ha demostrado que contra más aumentan los días de reducción del descanso, más difícil resulta recuperarse completamente.

¿Y tú? ¿Sufres de irritabilidad?

¿Cuánto hace que no duermes más de 5-6 horas por noche? Probablemente ahora has comprendido por qué te sientes tan cansado e irritable. También es posible que te hayas dado cuenta de que los días en los que todo te parece “negro” son aquellos en los que has descansado peor.

Así pues, ha llegado el momento de hacer algo para mejorar tu calidad de vida, cómo te sientes, e incluso tus relaciones.

Qué hacer si tu descanso no es de calidad

Hay muchos factores que influyen en nuestro descanso. Desde los hábitos pre-sueño hasta las luces que pones ante tus ojos poco antes de quedarte dormido, o también los alimentos que consumes en la cena. Incluso los colores de las paredes de tu dormitorio pueden afectar a la facilidad con la que te duermes.

Sea como sea, lo que seguro tiene una influencia directa en la calidad de tu descanso es tu capacidad de relajarte por completo cuando te tumbas en la cama y apoyas la cabeza sobre la almohada.

En efecto: ese debería ser el momento en el que experimentas esa sensación de relajación muscular instantánea, empezando detrás del cuello y llegando hasta las extremidades, hasta las puntas de los dedos de pies y manos.

Si esto no te sucede, deberías preguntarte si tu almohada es la adecuada. ¿Lo habías pensado antes?

La importancia de la almohada para dormir bien

¿Habías pensado antes que, además del colchón, tu almohada también es un elemento fundamental para obtener una relajación profunda?

¿Sabías que cuando duermes con la almohada adecuada tu descanso es más sereno porque el cuerpo adopta una posición correcta, muscularmente “neutral”, que puedes mantener durante más horas consecutivas?

Si tu sueño es inquieto, es muy probable que estés adoptando posturas incorrectas que tu físico no puede soportar durante tantas horas seguidas. Y esto tiene que ver con el hecho de que tu almohada no está soportando tu cabeza como debería y tu cuerpo intenta compensarlo de cualquier manera: con los brazos bajo la almohada, las piernas dobladas, la espalda torcida o los codos bajo la cabeza.

Cualquier cosa con tal de conseguir un momento de paz… ¿pero a qué precio?

La almohada adecuada para ti es la que es capaz de soportar correctamente tu cabeza, alineando el cuello con tu columna vertebral.

De hecho, cuando se consigue esta alineación correcta, toda la columna puede relajarse y enviar al cuerpo un mensaje de relax profundo a través del sistema nervioso. Los músculos se relajan, los tendones pueden finalmente dejar de trabajar… Todo por fin se abandona a un sueño profundo.

La almohada a medida

Obtener esa alineación con la columna no es algo inmediato, ya que depende de muchísimos factores, siendo el primero tu postura al dormir.

Dormir de lado comporta unas necesidades diferentes respecto a dormir boca arriba. Además, la constitución física de cada uno de nosotros es diferente, por lo que es fácil suponer que cada uno de nosotros necesita una almohada diferente, tal como sucede con otros objetos para otras partes del cuerpo.

¿Qué pasa si intentas ponerte unos zapatos demasiado pequeños o de una talla mayor a la que necesitas?

Pues sucede exactamente lo mismo con nuestro cuello y nuestros hombros. Ellos también merecen la misma atención que damos, por ejemplo, a nuestros pies.

Nightingold es la primera empresa que propone almohadas a medida. Gracias a un proceso de examen detallado sobre tus necesidades y tus gustos somos capaces de crear una almohada de espuma de memoria especialmente para ti, sin que haya otra igual.

A partir de materiales de alta calidad, elaboramos soluciones a medida capaces de dar forma a los deseos y las necesidades del cliente con su almohada a medida.

¿A qué esperas, pues? Ha llegado el momento de empezar a dormir bien.

Contáctanos para descubrir cómo podemos ayudarte a descansar finalmente como te mereces.


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